Ocho autobuses partieron de la Tacita de Plata cargados de ilusión hacia La Línea de la Concepción y volvieron alegres de haber visto a su equipo clasificarse para los dieciseisavos de la Copa del Rey.
A ellos se les sumaron otros que llegaron en coches particulares también desde Cádiz y de zonas vecinas, llegando a ser casi un millar en el estadio balono. Desde el primer momento animaron, sufrieron y festejaron el triunfo como nadie.
Fue un día feliz para ellos y se merecían esta alegría. La Línea se tiñó de amarillo y en las gradas de su estadio Municipal se vivió el partido con mucha intensidad pero, como siempre, también con un ambiente ejemplar entre ambas aficiones.