
El equipo amarillo llegaba a la ciudad procedente de su ciudad deportiva en El Rosal en el autobús habitual del equipo, para encontrarse a la entrada de la capital a una nutrida representación de su afición que le recibía en motos hasta el estadio Ramón de Carranza, realizándose incluso un corteo con bengalas durante el mismo. Antes, en la espera al equipo, se hicieron cánticos cadistas.
Una cita a la que llamó Brigadas Amarillas y en la que en todo momento se han guardado las pertinentes medidas.