
El filial verdiblanco era el que, según la normativa, tenía prioridad para hacerse con esa plaza libre tras el descenso del equipo jerezano y lo ha hecho tras desembolsar 300.000 euros que la RFEF había puesto como condición para subrogarse a la deuda contraída por los azulinos, según habría afirmado su máximo accionista Carlos González.
Con este paso se solventa uno de los problemas que impedían componer los distintos grupos de Segunda División B, algo que al mediodía de este martes aún no se ha producido.