El comienzo del campeonato no fue nada bueno para el próximo rival de los cadistas. El Celta de Vigo entraba, tras la victoria ante el Valencia por 2-1 en la segunda jornada, en una espiral de malos resultados de la que parecía no salir. Los celestes acumulaban partidos sin lograr la victoria perdiendo ante el FC Barcelona (0-3), Osasuna (2-0), Atlético de Madrid (0-2), Real Sociedad (1-4), Sevilla (4-2) y empatando ante Real Valladolid (1-1), Levante (1-1) y Elche (1-1).

La mala racha traía la destitución tras nueve partidos disputados de Óscar García Junyent como entrenador y la llegada de Coudet. El que fuera jugador celtiña cogía las riendas del equipo y lo cierto es que, en lo que al menos a resultados se refiere, ha cambiado la decoración. Con el argentino a los mandos los vigueses han vencido en los dos últimos compromisos: primero venciendo al Granada (3-1) y el último en San Mamés (0-2) con goles de Hugo Mallo y Aspas, saliendo de los puestos peligrosos de la tabla. Entre los cambios más destacados en el juego está el de una presión más fuerte y convertirse en un equipo más ordenado y compacto. Eso, junto a los buenos resultados, convierte al Celta de Vigo en un rival complicado para la próxima salida de unos cadistas con la moral por las nubes tras lograr su primera victoria de la temporada en Carranza doblegando nada menos que al FC Barcelona.