Los jugadores fueron los primeros en hacer autocrítica tras el partido copero y en reconocer los muchos errores cometidos durante el mismo. Aitor Núñez fue uno de los que sufrió en sus propias carnes las acometidas del rival y no esconde el mal juego del Cádiz en este encuentro. “Fue un partido en el que no escondemos lo que vio todo el mundo. Fue la cara y la cruz. Estuvimos mal, nerviosos, nos pesó las piernas. Lo bueno es que se sacó con coraje en los últimos minutos y dimos una alegría a la afición en un partido que fue desastroso. Desde la victoria y la clasificación, se puede mejorar. Tuvimos ochenta minutos que no nos encontrábamos en el campo, ni en ataque ni en defensa”.

Lo ocurrido ante el San Roque de Lepe lo toma como un aviso para lo que puede venir en el futuro. “Lo de ayer nos pone de sobre aviso para saber que tenemos que dar el 200 por cien en cada partido. Saiendo que lo hemos hecho mal el sábado tenemos que poenr los cinco sentidos para que no pase lo mismo. Si te relajas un poquito y no presionas el rival te puede hacer mucho daño. Ganando al San Fernando terminaríamos una semana con un inicio inmejorable”.

Sobre todo, espera que el equipo no dé en otros encuentros tantas facilidades al contrario como hizo este miércoles. “Todos estamos enfadados con nosotros mismos. En Carranza no podemos ser tan vulnerables contra cualquier equipo de la categoría y que nos creen tantas ocasiones claras”.