El técnico cadista reconoció tras la derrota que su equipo no había jugado bien. Marcó como la jugada del partido la expulsión de Edison Torres y el penalti que llegaría unos minutos después. Ya en la segunda mitad admite que, aunque se quiso, enmendar el resultado fue imposible. “Ha sido un partido malo de los dos equipos. En la primera parte, quitando unos centros del rival nos habíamos hecho con el control gracias a Fall y Edison. Hemos pegado demasiados balones en largo, algo que los futbolistas hacían porque dicen que el campo estaba peor de lo que parece. El partido luego lo marca la expulsión y con la desgracia de que un minutos después hacemos un penalti muy infantil. El árbitro no nos ayuda mucho porque dos o tres futbolistas estaban hablando con él y deja sacar rápido cogiéndonos desprevenidos. Debemos estar pendientes del contrario pero creo que si el árbitro está hablando con dos futbolistas no debe permitir sacar la falta. En la segunda parte ha sido un querer y no poder. Hemos dado la cara. No hemos tenido ocasiones pero hemos jugado en campo contrario. Metimos balones al área pero ellos con once no parecía que tuvieran uno más que nosotros”.
 
El equipo tuvo algunos problemas en las segundas jugadas. Sobre todo en los rechaces tras los centros al área el balón siempre llegaba a los rivales. “Cuando uno juega con dos pivotes el problema es la transición que no es tan rápida. Estás más equilibrado defensivamente pero ese cambio ataque-defensa cuesta más. Pero el equipo ha trabajado muchísimo. Con diez si tienes fortuna, puedes tener la sensación de que si llega una ocasión y puedes empatar el partido, pero tan solo un cabezazo de Belencoso que se ha ido fuera y nos ha faltado eso. En el área no hemos ido de tirar hacia arriba”.

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