En lo que suelen coincidir casi todos aquellos a los que se les pregunta sobre cómo será el inicio de la competición que está a punto de comenzar, ya sea técnico o futbolista, es que esta será una incógnita. También se destaca que es muy probable que, tras el parón tan prolongado, los equipos se habrán igualada y nada de lo realizado en las jornadas anteriores valdrá. Salvo, claro está, los puntos conseguidos hasta el momento.

Las dudas sobre todo se centran en cómo afectará a los jugadores enfrentarse después de dos meses sin competir a una vuelta tan intensiva con partidos cada tres días y jugarse en ello los objetivos de la temporada. La mayoría de futbolistas no está acostumbrado a jugar de esa manera tan continuada y el foco está puesto en el apartado de las lesiones y si estas aumentarán por el sobresfuerzo.

Apenas se entrenará y las rotaciones serán fundamentales

Jugar cada tres días significa que los equipos prácticamente no entrenarán y simplemente tendrán el tiempo justo para recuperarse del esfuerzo del encuentro anterior. Sesiones diferentes para aquellos que no hayan jugado o solo lo hayan hecho pocos minutos serán habituales en la preparación física, por lo que la figura de la ‘rotación’ va a cobrar vital importancia y la aparición de jugadores de la cantera se antoja también como algo básico a lo que se tendrá que recurrir.

Este poco espacio entre partidos también obligará a los cuerpos técnicos a dedicar muy poco tiempo a la parte estratégica-táctica de los mismos. Los jugadores van a tener que asimilar en tiempo récord los aspectos diferenciales de enfrentarse a un rival u otro.

Sin público

Otra de las incógnitas es cómo afectará jugar con las gradas vacías. Se pierde buena parte del factor campo para el equipo local y se desconoce si la concentración mental también se verá alterada por esa ausencia de ambiente alrededor de los partidos. Aunque esta se intente paliar con sonido desde la megafonía, será algo totalmente diferente para los jugadores.