También se vivieron momentos tensos en otro suceso protagonizado por el secretario técnico del club murciano, Sergio Fernández.

Foto: portalcadista.com

La tensión que se vivió en el terreno de juego durante gran parte de los noventa minutos, se trasladó a la finalización del encuentro al túnel de vestuarios con dos tristes capítulos protagonizados por una parte por un jugador del Real Murcia y por otra parte por el ahora secretario técnico del club murciano.

El primero de los sucesos aconteció tras la expulsión de uno de los futbolistas del equipo visitante, tras lo cual se dedicó a propinar patadas a todo cuanto vio a su paso dentro del tunel de vestuarios, dañando visiblemente las puertas del botiquín, de un almacén y la de sala de prensa, además de una parte de la pared de la zona por la que se accede al vestuario visitante.

Todo hace indicar que el Cádiz C.F. podría estudiar presentar una denuncia con tal de que el Real Murcia se haga cargo de los gastos de los arreglos del mobiliario destrozado por el jugador de su equipo.

El otro de los sucesos, que vino a colación del primero, lo protagonizó el ahora secretario técnico del Real Murcia, Sergio Fernández, cuando al pedir en voz alta "silencio y más respeto" ante los reproches de lo sucedido, fue recriminado por compañeros de la prensa gaditana recordándole una frase pronunciada por él siendo central del Hércules en la que le deseó al Cádiz que "ojalá se pudra en Segunda División B". Tras ello Sergio Fernández se ensalzó en una acalorada batalla dialéctica que, aunque a punto, no pasó a mayores.

En definitiva, un triste final para la celebración del partido más próximo al Centenario del Cádiz C.F.