El Cádiz CF sigue siendo testigo de los problemas entre Manuel Vizcaíno y Quique Pina, en una situación que se ha visto agravada tras la detención del segundo de ellos en la Operación Líbero y su posterior puesta en libertad. Los movimientos que desde entonces se están llevando a cabo en el club no son del agrado del murciano y éste mueve ficha también para mantener o al menos no perder demasiada cuota de poder en la entidad.

Desde el pasado 15 de febrero, con Quique Pina por entonces en la cárcel, el Cádiz retiraba sus funciones a Pina, aunque conservaba obviamente el cargo de consejero, y el consejo de administración quedaba al mando de Manuel Vizcaíno. Sobre esta decisión, y según publicaba en el día de ayer La Voz de Cádiz, el que fuera presidente del Granada CF entiende que se estaría violando el acuerdo entre ambas partes y que romperlo podría acarrear una compensación económica millonaria.

Por otro lado el Cádiz también ha decidido en los últimos días acabar su relación con Calambur, empresa cuya administración lleva Elena Pina y que ha tenido relación con el club cadista en los últimos años a través de operaciones de jugadores. Dicha empresa, según ha informado Radio MARCA, ha solicitado a Vizcaíno la devolución de 1.025.000 euros en concepto de una deuda con Locos por el Balón contraída por el fondo de inversión Doyen Sport y para la cual, según dichas fuentes, tiene 30 días.

Así pues la guerra fría entre ambos pesos pesados de la entidad sigue calentándose a cada día que pasa. Mientras, el equipo intenta quedar al margen de todo y luchar por el ascenso una vez conseguida la permanencia.