La afición cadista no dejó solo a su equipo ante el importante partido que tenía por delante a más de 1000 km. de distancia. Unos prefirieron salir en autobuses, otros lo hicieron en sus coches particulares y otros a través del vuelo chárter fletado para la ocasión.
En Irún se respiraba fútbol desde primera hora de la mañana. La afición txuribeltz se dejaba ver por las calles con algunas banderas en los balcones, bufandas y/o camisetas puestas, pero no fue menos la afición cadista, que con su amarillo era quién ofrecía la nota de color por las calles del País Vasco.
En perfecta sintonía y conjunción estuvieron ambas aficiones antes del comienzo del partido.
A la hora del almuerzo, las Directivas de uno y otro equipo pararon para recuperar fuerzas en una conocida taberna de la localidad irundarra. Allí Antonio Muñoz se dejó llevar y estuvo departiendo y fotografiándose con los cadistas allí presentes.
Una vez se acercó la hora del partido, la afición cadista se concentraría en los alrededores del Stadium Gal para recibir y animar a su equipo y dedicarle algunas palabras al equipo contrario, conscientes de que el partido se comenzaría a jugar ya muy pronto.
El equipo amarillo entró muy animado al Stadium Gal y sabedor de que no se le iba a escapar este ascenso, aunque aún quedaban más de noventa minutos por delante para jugarse.
Reportaje de fotos: