Tranquilidad e inercia

De los muchos tópicos que hay en el mundo del fútbol, sólo hay uno al que siempre le daré la razón: “cada partido es una historia diferente”. A veces los aficionados nos afanamos en querer buscar relaciones lógicas entre un partido y otro. Intentamos encontrar explicaciones en todo lo que ocurre y nos rompemos la cabeza para señalar a los responsables en cada victoria o derrota.

¿Tiene algún sentido que el peor partido en casa del Cádiz haya sido resuelto con la primera victoria de la temporada? ¿Que el autor del gol fuera uno de los hombres más cuestionados de la plantilla en las últimas semanas? ¿Que el día que menos se tocó el balón el juego fuera más efectivo? Nada tiene sentido. El fútbol es un deporte que, como la vida, al tener tantos protagonistas como componentes externos, se mueve a través de inercias. Cualquier giro inesperado puede cambiar por completo una racha de resultados sin que haya explicación aparente.

Todos estos factores tienden a agrandarse en una categoría como la Segunda División en la que la igualdad entre plantillas y objetivos es absoluta. La diferencia entre la victoria y la derrota a veces estriba en apuntalar unos pocos conceptos y el Cádiz ayer lo hizo. Mantuvo un orden continuado en la totalidad del partido sin esas lagunas tan peligrosas que habían aparecido en encuentros anteriores. Mantuvo la portería a cero, algo fundamental en la Segunda División y que los de Javier Gracia lograron ayer por segunda vez esta temporada. Dos partidos sin recoger el balón de dentro de nuestra portería han significado cuatro de los cinco puntos que llevamos. Y, para finalizar, utilizó en el instante adecuado ese fútbol feo que los demás equipos ponen en práctica ante nosotros cuando van con el marcador a favor. Así de simple, así de complicado.

La pasada temporada en la categoría de bronce, en la que el ascenso era una obligación, hubo varias ocasiones en las que el resultado debía estar por encima del juego. A saber, los dos partidos contra el Polideportivo Ejido, la visita al Betis ante el rival más peligroso del momento y la de Jaén para asegurar el primer puesto en la tabla. Todos ellos fueron solventados con idéntico marcador favorable al Cádiz: uno a cero. Creo que ese es el camino para esta temporada. No hay nada que dé más confianza que lograr una victoria para que luego seas capaz de desarrollar todo lo que llevas dentro.

“Cuando crees que todo está en tu contra, busca la tranquilidad y esta te llevará al equilibrio”. Esa es una de las máximas de la filosofía zen y el Cádiz puede que haya encontrado la tranquilidad en el solitario gol de Víctor Ormazábal ante el Recreativo. Ahora sólo hay que intentar que la inercia se prolongue.

Miguel Ángel Vallecillo

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