La Gran Final del Cádiz

Ay, que casualidad, un partido en Córdoba, la gente no respeta ni que estamos en Carnaval. Lo ideal habría sido que el Cádiz jugara el sábado tempranito para que los aficionados que lo desearan pudieran asistir al encuentro y volver directamente para disfrazarse en Cádiz, pero nada, las televisiones mandan y no hay combinación posible para ver de forma simultánea el partido y la última noche de coplas en el Gran Teatro Falla. En cuanto me enteré de que la gran final del COAC coincidiría en día y hora con el partido del Cádiz pensé en varios de mis amigos y compañeros periodistas que compaginan ambas informaciones, como Ignacio de la Varga, Carlos Ríos, Javi Lacave, Quique Lafuente, José Antonio Rivas y Manolo Camacho, entre otros.

Podría haberlo tenido aún peor el bueno de Manolo, que se ha tomado un año de descanso carnavalesco, pero en ocasiones ha tenido un papel protagonista en un coro fijo en la final desde hace años. Sea como sea, la programación sufrirá cambios y la audiencia estará dividida, tal y como refleja el resultado de la acertada encuesta que propone Portal Cadista. Las emisoras tendrán que elegir entre uno y otro evento, realizando conexiones en directo con el otro, lo que provocará una auténtica pajarraca mental a quienes pretendan seguir ambas cosas a la vez.

Tampoco lo tendrán fácil nuestros mediáticos compañeros, que con el cansancio del concurso acumulado podrían protagonizar extrañas confusiones. De esta forma, no sería extraño oír que Toedtli ha rematado bien un cuplé, que la cuerda defensiva del Cádiz sigue desafinando en el popurrí o que Los Santos se lanzan al contragolpe intentando marcar un pasodoble que les haga sumar tres puntos. En definitiva, que todos pasaremos unas horas con la cabeza dividida entre dos lugares y nos volveremos un poco más locos todavía. Eso sí, Espárrago podrá hacer los tres cambios en su chirigota, puede estar tranquilo, que el jurado arbitral no la descalificará por cantar con más de doce futbolistas.

Y volviendo a Manolo Camacho, que ya mismo tiene ahí mismo las retransmisiones de Semana Santa, le reitero mi admiración, reconociendo que no entiendo cómo es posible que no se haga un lío con tantos datos y termine un día afirmando que el Cristo del Ecce Homo se quedó en fuera de juego cuando Judas le cantó la presentación o que la entrada de la Borriquita en la Catedral es merecedora de tarjeta amarilla y sanción de cuatro puntos por excederse en el tiempo del popurrí. Cai.

Álvaro Geneiro