El destino cerró el círculo. Allí donde comenzaba una terrible etapa, en el Rico Pérez, allí ha ido a cerrarse. Miles de cadistas, muchos de ellos guardaban un triste recuerdo de ese estadio, en ese mismo lugar hoy han vivido la gloria. Allí, donde las lágrimas tras aquel fatídico penalti afloraron en sus ojos, hoy han sido limpiadas con otras más puras: las lágrimas de la ilusión, de la humilidad y la del sacrificio de unos jugadores que han realizado un playoff sublime.

Desde hoy Alicante no será un mal recuerdo. Tampoco lo serán los partidos ante Oviedo, Bilbao Athletic, Hospitalet, Real Madrid Castilla, Lugo… Hoy el Cádiz es de Segunda División y eso hay que disfrutarlo como se merece. Esta afición se lo merece de esta manera tan maravillosa que nos ha deparado el destino.

Esta afición es así. Única, sufridora, divertida. Es la afición del Cádiz. Y sí, esa afición hoy ha vuelto al fútbol profesional. Segunda División, o Liga 2, o como te llames… allá vamos.