El alcalde de Cádiz, José María González, se ha pronunciado sobre la propuesta de sanción que ha tramitado la Subdelegación del Gobierno contra su persona por valor de 1.500 euros por mediar con la Policía Nacional durante la expulsión de un aficionado en el partido Cádiz-Racing de Ferrol de la última fase de ascenso, el pasado 21 de mayo. Ante esta posible multa que ha recibido en forma de carta, rubricada por el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, el regidor ha recordado que ya recibió otra del mismo remitente en el año 2013, cuando participó junto a un grupo de compañeros y compañeras de la Enseñanza en una huelga del Metal en la que se defendía “el convenio que tantas y tan míticas luchas costó conseguir”. Esa manifestación acabó sin incidentes, aunque en un dispositivo policial posterior les requirieron la documentación. A los meses, a unas 25 de las personas que se manifestaron por esa causa, entre ellas José María González, les llegó una carta con “acusaciones inverosímiles sobre insultos, altercados, y desórdenes”, además de una multa por valor de 301 euros. Y sólo dos de los multados decidieron recurrir. Uno de ellos fue el ahora alcalde de Cádiz, que ganó ese juicio hace pocos meses.
“Se ve que mantengo intactos los odios de quienes quisieran que nadie se preguntara nada sobre cómo funcionan las cosas. Por la cuantía entiendo que aquel odio anónimo y masivo que profesaban contra los manifestantes de cualquier índole ahora me lo profesan con más inquina dado que la multa se ha multiplicado por cinco”. “Me siento un poco como Frodo Bolsón bajo el ojo de Sauron en El Señor de los Anillos. Supongo que la decisión judicial de no tomar en consideración la querella que me puso el PP de Cádiz por el tema de Loreto no debe haberles sentado bien. Pero tengo que decirles algo que me resulta liberador. No me daban miedo entonces, cuando era un manifestante anónimo, ni me lo dan ahora”, ha aseverado el primer edil.
González apunta que hace unos días, antes de recibir la misiva, tuvo noticia de que había “revuelo” en la Subdelegación del Gobierno, puesto que sus mandos políticos discutían con parte del funcionariado para que se abriera un expediente “en el que el PP trata de multarme de nuevo. Esta vez sí sabían quién es el destinatario. Me multan con 1.500 euros por incumplir la Ley contra la violencia en el deporte”, ha indicado.
El regidor ha explicado que ese día estaba sentado con su familia en el Fondo Sur, “lugar que ocupo como socio y como aficionado y donde, según la denuncia, es el lugar de ubicación del grupo radical y/o violento BRIGADAS AMARILLAS”, asegurando que nunca ha presenciado la “radicalidad y/o violencia” con la que adjetiva la denuncia. Y mantiene que el lugar que ocupa en el Fondo Sur está lleno de “familias y personas de todas las edades que comparten como yo el amor por nuestro equipo y el deseo de pasar un buen rato animando se vaya ganando o perdiendo”. Para añadir: “Honestamente creo que nos odian. Odian ese graderío de la misma forma que odian las manifestaciones del Metal, pero las odian porque las temen, nos prefieren uno a uno, solos frente a sus aparatos y sus poderosos amigos”.
Con respecto a los hechos en sí, ha recordado que acababa de empezar el partido y, de repente, el graderío se agitó por motivos ajenos al partido. Fue entonces cuando escuchó: “Alcalde, alcalde, le han pegado a un chaval y lo han sacado de la grada a tirones y el chaval no ha hecho nada”. “Y difícilmente –ha añadido- puedo separar al aficionado, al vecino, al ciudadano, de mi desempeño como alcalde. Creo que es normal, necesario y deseable que alguien que asume la responsabilidad que ocupo sea alcalde las 24 horas, va en el cargo y no me molesta. En este caso tampoco, al fin y al cabo estamos en un estadio municipal y los que me rodean son los vecinos y vecinas a los que me ofrecí a representar durante un tiempo voluntariamente limitado”.
Es por ello que decidió “mediar” en el conflicto y tratar de evitar que la cosa fuera a mayores. “Por el camino me dan testimonio indignado de una actuación que no juzgo pero que, y eso era obvio, había generado el enfado de varios cientos de personas que circundaban el lugar de los hechos. En ese momento para mí lo más importante era trasladar un mensaje: tranquilícense, vuelvan al partido, yo me ocupo, que para eso me metí en esto, para ocuparme. La alternativa era mirar para otro lado, seguir comiendo pipas o hacer lo que tantas veces me dijeron ‘no te metas’, ‘vete al palco a fumar puros que allí no pasa nada, seguro’, pero creo que a estas alturas ya todo el mundo sabe que no soy de ese tipo de personas, con mis aciertos y con mis errores. Así que allá fui”.
En este punto, ha resaltado que ir al fútbol para trabajar como agente de la Policía “no tiene que ser nada fácil”, y ha destacado la tarea “imprescindible” que realizan estos funcionarios en los estadios de fútbol. “Gestionar la convivencia en un espacio con tanta gente y tantas emociones a flor de piel no debe ser fácil”.
Ha asegurado que se dirigió a los agentes “con toda la educación y la calma con la que soy capaz de armarme. Pero necesito saber lo que ha pasado en un estadio del que soy también responsable. Hablo con los agentes y busco al vecino que ha sido expulsado. En ningún caso me propongo tratar de contravenir las órdenes de la Policía, sólo quiero acompañar al vecino y tratar de dialogar con la policía para irme a casa ese domingo con la seguridad de que en el estadio del que soy responsable no se han vulnerado los derechos de ninguno de mis representados. Hablo con ambos evitando que el vecino vuelva a la grada y a continuación acompaño al vecino a la puerta del estadio para cumplir la orden que la Policía en el ejercicio de sus funciones ha dictado. Pero claro. Había otra alternativa. No hacer nada. Irme de una vez al palco a fumar puros. Sin embargo, creo que a estas alturas, todo el mundo sabe que no soy de ese tipo de personas”.
Y ahora, cuatro meses después de aquellos hechos que no considera especialmente reseñables, “otra vez estamos el señor De Torre y yo frente a frente a través de una notificación de multa”. Ha lamentado que el Partido Popular utilice “presuntamente” el aparato del Estado para “espiar y perjudicar a sus adversarios políticos como escuchamos en las grabaciones de Fernández Díaz; ellos, que mantienen sentada a Rita Barberá en el Senado; ellos, los de la Gürtel, la Púnica, los de Quality Food; ellos, los de Bárcenas; ellos, el primer partido de la democracia que está siendo investigado como tal por corrupción, así de crudamente, no van a acobardarme”. “Más bien siento que dan muestra de su propia debilidad, más bien creo que exhiben su miedo con cada querella, con cada multa”. Sobre la que ha recibido, afirma que si tiene que pagarla, la pagará “sin tocar un solo euro del Ayuntamiento”.
El primer edil cree que al PP “le molesta terriblemente que les hayamos aguado la fiesta de la ‘democracia’ formal en la que nunca creyeron. Una ‘democracia’ en la que se gobierna contra los derechos económicos, sociales, laborales y democráticos de la mayoría social de este país. Y para concluir, ha recordado una cita de Martin Luther King: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos (…) de los sin ética (…), lo que me preocupa es el silencio de los buenos”. “No me dan miedo. Con la responsabilidad que he asumido, yo ya no puedo mirar para otra parte”.