El enfrentamiento de Copa del Rey entre el Cádiz CF y el CD Eldense dejó una de las imágenes más preocupantes de las últimas temporadas: apenas 7.700 espectadores acudieron al Nuevo Mirandilla, en una de las entradas más bajas que se recuerdan en la historia reciente del club gaditano. Las gradas evocaron momentos ya lejanos de la etapa del equipo amarillo en Segunda División B, hace 9 años, cuando la afluencia de público era limitada.

La baja asistencia responde a una combinación de factores que han minado la conexión entre el equipo y su afición. Por un lado, el malestar generalizado con la situación deportiva, agravada por la eliminación en Copa y la reciente goleada encajada ante el Deportivo de la Coruña en LaLiga Hypermotion, ha generado un enfado palpable en la hinchada cadista. La falta de resultados, un juego poco convincente y el clima de descontento con la directiva han sido determinantes para que muchos seguidores decidieran en esta ocasión quedarse en casa.

Además, el hecho de que el club haya cobrado un euro por la entrada, en lugar de optar por la gratuidad para sus abonados, ha sido otro elemento que ha frenado la asistencia. A esto se suma el horario del partido, fijado para un día entre semana a las 20:00 horas, una franja que resulta incómoda para muchos aficionados que, entre compromisos laborales y familiares, no pudieron acudir al estadio.

Más allá del resultado deportivo, la pérdida de conexión con la afición podría tener consecuencias a largo plazo. El club deberá reflexionar sobre cómo recuperar la confianza de sus seguidores y evitar que esta desconexión se convierta en una constante.