Todos los filiales tienen cosas en común pero quizás el Bilbao Athletic es el que se diferencia más del resto. La política de cantera de Lezama está entre las que mejor funciona en el futbol español. La formación de jugadores para el primer equipo es una realidad cada temporada y esa es la prioridad cada curso. Ya anunciaba su entrenador Ziganda antes del segundo encuentro ante el UCAM que “"La prioridad no es subir, pero estamos preparados".

Un filial con una media de edad de cercana a los 21 años pero que tampoco se caracteriza por su bisoñez. No es un equipo blando a pesar de su juventud y tiene sus ideas muy claras. Pudo ser el líder de su grupo en la última jornada y no se resintió. Mostró paso firme en las siguientes eliminatorias, sabiendo jugar con incluso el marcador en contra en alguna de ellas.

Un rival que juega, pero que también deja jugar. Un rival al que se le llega al área pero que si le dejas cualquier resquicio en la tuya va a aprovecharlo. Laterales con proyección ofensiva como Lekue e Iriondo, un centro del campo con Undabarrena al que le gusta tener el balón y mandar en el partido y una delantera  con hombres como Jurgi, Seguín o Iturraspe que combinan velocidad y una garra que ya es parte del ADN de cualquier jugador que lleve en el pecho el escudo del Athletic de Bilbao.