El técnico del Bilbao Athletic era un hombre feliz después de haber certificado el ascenso a Segunda División con su equipo “ha habido mucha raza y mucho amor propio”, destacó en su primera frase en rueda de prensa.

Analizó que “preveíamos una salida así del Cádiz y sabíamos que iban a usar jugadas de estrategias, encontronazos e intentando avasallar. Nos han metido el primer gol enseguida pero poco a poco ha ido bajando el empuje y nosotros asentándonos. Tienen mucha calidad y están empujados por una afición que mis jugadores no verán en muchos campos de Primera”. El plan del Bilbao Athletic en Carranza era claro "poner nervioso al Cádiz con la pelota, pero no ha podido ser así. A base de arreones les hemos pegado algún susto. Por suerte el planteamiento ha salido bien".

El navarro consideró que este es un gran paso para los chavales "hemos tenido un mes de ilusión y esperanza. No hubiese pasado nada si no hubiésemos subido, al igual que tampoco ha pasado nada en los últimos veinte años. Mucha gente se identifica con estos jugadores y hace falta que haya ese compromiso".

Y destacó que el papel de los técnicos del filial bilbaíno es "preparar a los jugadores para cuando tengan que jugar en San Mamés en Primera División. Le seguirán llamando ‘katxorros’, pero ya no lo son".