Después de marcharse del Cádiz, primero cedido al Rayo Majadahonda y posteriormente traspasado al Sporting, volvía Aitor Garcá al que fuera su estadio. Lo hacía además en un buen momento y siendo el máximo goleador de su equipo tras lograr un doblete en su último partido antes de visitar al Cádiz.
Estuvo muy activo por los costados pero, como le ocurriera a su equipo en líneas generales, tampoco tuvo demasiada presencia ofensiva.
Fue sustituido pasada la hora de encuentro cuando el resultado era de 2-1 para los cadistas y la grada reaccionó con tímidos aplausos hacia el onubense.