Aunque la Liga llamó a declarar a los implicados, finalmente no se ha podido probar la culpabilidad de éstos.

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Punto y final al "Caso Hércules", al quedar cerrada la vía disciplinaria deportiva, ya que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) decidía el viernes archivar la información reservada con respecto al hipotético amaño de los partidos del Hércules y que implicaban también al Córdoba C.F., al no haber encontrado las pruebas con las que poder sancionar al conjunto alicantino.

En un cajón quedaron las transcripciones de las escuchas telefónicas del "Caso Brugal" destapadas por El País, escuchas a las que no se pudo tener acceso y que impidieron a los estamentos deportivos actuar contra un presunto caso de corrupción en el fútbol español y que ha tenido como protagonistas al máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz, los dos capitanes del Hércules, Tote y Abraham Paz, y el portero del Córdoba, el gaditano Raúl Navas, entre otros.

Esta resolución llegaba un día después de que el Comité de Apelación de la RFEF desestimara el recurso presentado por el Cádiz y el Real Betis por el presunto delito de predeterminación de resultados.

También se han quedado en un cajón las intenciones del Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, ahora alcaldable por el PSOE a la ciudad de Madrid, que ha perdido una ocasión única de limpiar la presunta mancha de corrupción que tiene el deporte rey en el país de la Campeona del Mundo y cuyos ecos llegaron a traspasar fronteras y continentes.