El técnico ovetense hizo todo lo posible para que no se perdiera ni un minuto

Foto: portalcadista.com

Cambiaron las tornas con respecto al partido de ida en Carranza. En aquel encuentro la imagen que dejó el filial verdiblanco fue la de las continuas pérdidas de tiempo de sus jugadores, incluso ya en la primera mitad. Raro era el lance del juego en el que un jugador bético no acababa en el suelo aquejado de algo y pidiendo asistencia médica.

Este domingo el Cádiz marcó en el minuto 35 el primer gol del duelo y a Oli le entraron las prisas. Ni mucho menos eran fundadas porque los futbolistas amarillos no hicieron en ningún momento gala de malas artes y siempre se dedicaron a jugar al futbol.

El ex jugador y entrenador del Cádiz, nada más comenzar la segunda mitad, dio instrucciones para que se repartieran balones y recogepelotas por todo el perímetro del campo para evitar que se perdiera tiempo cuando éste saliera del rectángulo de juego, a lo que el colegiado tuvo que intervenir para impedirlo. Mandó que tanto niños como esféricos fueran retirados. Y es que, como decimos, no había motivos.

Incluso se dio la circunstancias de un jugador bético que quedó tumbado en el césped de su propia área tras recibir un balonazo en una zona muy dolorosa. Sus compañeros, con el 1-0 en el marcador, hicieron caso omiso a los gritos de dolor del futbolista bético teniendo que ser el árbitro quien parara el juego para que fuera atendido.