Junto a la presentación en sociedad de la renovación de Salvi también se presentó la de Álvaro García hasta el próximo 2022, contando con Juan Carlos Cordero como maestro de ceremonias y de Quique Pina como invitado. “Alvarito vino del San Fernando al Granada por cinco temporadas y luego vino cedido al Cádiz, con Jorge como director deportivo y el año pasado tras negociar con el Granada conseguimos que viniera libre y lo firmamos por cuatro años, ahora hemos ampliado hasta 2022”, explicó Cordero.
Aseguró el director deportivo la presencia de ofertas por hacerse con sus servicios. “Ha habido ofertas a pocos días de concluir el mercado. Al final todos cedimos y se puso el listón de los mejores jugadores de este equipo, dentro del límite del control financiero. A los dos les agradezco el trato hacia el club, lo que han dado la temporada pasada y esta temporada solo les pido humildad y los pies en el suelo”.
Tras concluir el turno de palabras de Salvi, era Álvaro quien atendía a los micrófonos, hablando en primer lugar sobre sus lágrimas tras el gol ante el Nàstic de Tarragona. “Después de una semana complicada, todo lo que se me acumuló y todo el apoyo que recibí, me salió solo eso, llorar, otra cosa no puedo decir”.
“Yo pertenecía al Cádiz a iba a responder a la petición que me hicieran desde el club. Ojalá sigamos la dinámica que tenemos y que podamos conseguir algo bonito. El objetivo principal es la permanencia y es lo primero que tenemos que conseguir”, manifestó.
Habló el utrerano de cómo vivió el tramo final del mercado de fichajes, en el que pidió no entrenar por no encontrarse bien anímicamente. “Fue una situación muy complicada y por la noche me costaba trabajado dormir, por eso le pedí al míster que me dejara no entrenar porque mis piernas no estaban como tenían que estar. Sentía que tenía mucha tensión en las piernas y podía romperme, por eso la tomé. Respeto todas las opiniones, pensé que era lo mejor para mí y el club”.
“Ya estoy un poco mejor. Cuesta un poco recuperarse, pero después de lo vivido en estos días, ya estoy mejor. Todo lo que digas fuera del campo son palabras al final tienes que demostrarlas en el campo y voy a partirme la cara como desde el día que llegué”, prometió.
Fue preguntado si llegó a verse en Primera. “Verme no me he visto porque no he ido. Hemos estado hablando mucho tiempo con Juan Carlos y teníamos muy claro lo que el club quería. Al final las cláusulas están para eso y yo trabajo muy tranquilo porque ellos me lo dejaron muy claro. Mi motivación es la misma, estoy feliz aquí y esa es mi motivación diaria. Tenemos un grupo unido y estamos todos muy bien”.
Explicó lo importante que ha sido el apoyo tanto de sus compañeros como de la afición en los últimos días. “Estar con los compañeros ayuda mucho. Esa semana tan difícil el vestuario me apoyó mucho cuando vio que estaba tocado. Tenemos un grupo que es una maravilla. Después de ver cómo me cantaban en el partido de Copa, y después de todo rompí a llorar. Jugar en Carranza es divino. La gente que hay aquí apoya que da gusto, y cuando te falta algo de aliento te lo dan y eso se ve recompensado”.