Poner claridad en lo que va a ser el final de temporada en el fútbol español es, a día de hoy, prácticamente imposible. Tras el parón provocado por la crisis sanitaria de la pandemia por coronavirus, el deporte rey en España está lejos de ponerse de acuerdo en cómo afrontar la situación y lo único que está ocurriendo es que el aficionado no se acerque ni por asomo a vislumbrar qué va a ocurrir. Informaciones contradictorias por parte de cada uno de los organismos que se supondría deberían estar unidos y que no han hecho otra cosa que acrecentar sus diferencias en una guerra que viene de largo.

El último capítulo lo tenemos este martes con unas declaraciones de Tebas en una conferencia con medios internacionales en la que ha afirmado que mantenido que “los escenarios que se han planteado con UEFA para volver a competir los más probables son 29 de mayo, o 6 de junio o el 28 de junio para todas las ligas europeas. Con estas fechas hay tiempo para comenzar de nuevo para entrenar respetando el protocolo de reanudación de la actividad que hemos diseñado para LaLiga y que hemos enviado para información a otras ligas".

De lo que no hay constancia es de cada cuantos días se jugarán las jornadas que restan, en caso de que pueda hacerse, si será a puerta abierta o cerrada (esto deberá ser las autoridades sanitarias quienes lo dicten y parece complicado que pueda haber aglomeraciones de personas en los próximos meses) y, sobre todo, qué pasará con aquellos contratos que expiran el 30 de junio.

Ahí es donde entra en juego el papel de la AFE, el sindicato de futbolistas podría aceptar jugar como mínimo cada 72 horas pero, según ha informado hoy COPE a través de Juan Antonio Alcalá, ve inconvenientes en poder prorrogar los contratos.