Carlos Akapo tras finalizar el partido mostró una imagen de cómo quedó su pie derecho tras la entrada de Eden Hazard y horas después la radiografía que confirmaba dos fracturas de metatarsiano. El parte médico de la lesión del jugador es demoledor, con un período de recuperación de entre seis y ocho semanas.
La jugada está lógicamente marcada por la polémica, una más de las muchas que ha sufrido el Cádiz esta temporada con respecto a los errores arbitrales. En esta ocasión obviamente no se entiende que esta entrada no fuera castigada como así lo dictan las Reglas de Juego del CTA de esta temporada, concretamente en la sección de “Infracciones sancionables con expulsión”, en la que se dice que “se deberá expulsar al jugador, suplente o jugador sustituido que cometa” juego brusco o grave. La definición de juego brusco o grave entra perfectamente en la acción de Hazard sobre Akapo:
Juego brusco y grave (falta de extrema dureza)
Las entradas o disputas del balón que pongan en peligro la integridad física de un adversario o en las que el jugador se emplee con fuerza excesiva o brutalidad deberán sancionarse como «juego brusco y grave» (faltas de extrema dureza).
Todo jugador que arremeta contra un adversario en la disputa del balón de frente, por el costado o por detrás, utilizando una o ambas piernas con fuerza excesiva o poniendo en peligro la integridad física del adversario, estará jugando con excesiva dureza.
Dicho esto, llama la atención que ni Mateu Lahoz (que además de mostrar solo amarilla dedicó una sonrisa y una carantoña al jugador belga mientras el cadista se retorcía de dolor en el césped y sus compañeros pedían el cambio) no considerara esa acción como juego brusco y grave, y tampoco lo hiciera González González desde el VAR cuando la jugada estuvo perfectamente recogida a través de las cámaras de televisión.