Decía Sergio González en su comparecencia tras la derrota ante el FC Barcelona que “necesitamos algo para ser fuertes”. Y razón no le falta, porque el Cádiz tiene ahora mismo poco a lo que agarrarse para mantener la cabeza fuera del agua en este naufragio que está siendo el comienzo liguero.
Tanto en el aspecto defensivo como en el ofensivo el equipo zozobra en cada encuentro, siendo más chocante lo que le está ocurriendo en ataque. El conjunto amarillo, que no tiró entre los tres palos ante el Celta en Balaíndos, tampoco lo hizo ante el FC Barcelona en el Nuevo Mirandilla. Para el último disparo que fue a puerta debemos remontarnos al minuto 75 del Cádiz - Athletic de Bilbao de la Jornada 3, en una acción de Mabil que entonces Unai Simón atajaba sin problemas tras tocar en un defensor. Estamos hablando por tanto de un equipo que no es capaz de encontrar ocasión para crear algo de peligro en, nada menos, más de 200 minutos.
Un problema que viene también a empeorar la faceta defensiva, pues los rivales con el paso de los minutos en cada partido van siendo conscientes del nulo mordiente del Cádiz volcando poco a poco su juego de ataque hasta conseguir el gol que abre el marcador. Y cuando ese momento llega, es el equipo gaditano el que comienza a ser consciente de que el partido prácticamente es insalvable debido a su poca capacidad en los metros finales.
Son ya varias jornadas en las que se espera un cambio de tendencia y en Valladolid habrá otra oportunidad. Será ante un rival, en teoría, directo en la lucha por la permanencia donde los de Sergio González buscarán dar la vuelta a la situación.