El Cádiz fue de menos a más ante el Villarreal y dejó unos minutos finales en los que fue superior a su rival, mereciendo incluso el gol durante dicho tramo del partido. Sergio González acertó con los cambios y estos, sobre todo en la figura de Álex y Jose Mari, cambiaron la imagen a mejor del equipo.

Aunque Rubén Alcaraz y San Emeterio no venían haciendo un mal trabajo en la medular mientras estuvieron en el terreno de juego, tanto el madrileño como el roteño aportaron al juego cadista más seguridad en el pase, teniendo el segundo de ellos una efectividad del 100% en esa faceta y fue en una acción como esa cuando asistió a la carrera de Lozano en la que fue la ocasión más clara del encuentro.

Donde la aportación ofensiva sigue apenas sin llegar es desde los costados. Desde el comienzo de temporada se ha probado con casi todas las alternativas y el sábado Theo Bongonda era titular por primera vez, pero el jugador belga apenas llevó peligro al área contraria en los cincuenta y ocho minutos que estuvo sobre el césped. Tampoco Alejo, que fue el que más lo intentó y siguió derrochando su habitual entrega y nervio. Sin embargo, de sus botas tampoco se fabricaron ocasiones destacadas.

Es sin duda ese el gran debe del Cádiz y el registro de un solo gol en las siete jornadas disputadas lo dice todo. Los amarillos están obligados a crear más peligro en el área rival si quiere tener más opciones de ganar partidos.