Este pasado viernes los tres puntos en juego ante el Girona se quedaron en casa. Un triunfo que ha permitido al Cádiz además abandonar los puestos de descenso después de nada menos que veinte jornadas, permitiéndole respirar un poco antes de visitar el Camp Nou el próximo fin de semana. 

Una mejoría en la tabla que viene dada también por los resultados obtenidos como local, algo en lo que se tiene claro que debe cimentarse el objetivo de la salvación y que el Cádiz desde la derrota en su estadio precisamente ante el FC Barcelona está cumpliendo con creces. Algo que en el pasado parecía costar más. No en vano ha llamado la atención en las últimas temporadas que el conjunto gaditano mostrara mejor imagen fuera.

Desde aquel 10 septiembre ante los azulgranas, recordado por el susto desde en la grada por el infarto de un aficionado, los amarillos han convertido el Nuevo Mirandilla en un auténtico bunker en el que no ha cedido ni un solo partido más. Desde entonces tres victorias (ante Atlético de Madrid, Mallorca y Girona) y cuatro empates (Villarreal, Espanyol, Betis, Almería y Elche). A destacar también que en los dos últimos ha sido capaz de mantener la portería a cero.

Debe seguir el Cádiz intentando que esa fortaleza, en la que se han obtenido ya el 63% de sus puntos, siga siendo lo más sólida posible para lo que queda. No será fácil porque los de Sergio González todavía tienen que recibir ante su afición a Rayo Vallecano, Getafe, Sevilla, Real Madrid, Osasuna, Valencia, Valladolid y Celta de Vigo.