Aunque cree que es duro sufrir los insultos de su propio público, asegura que no salió triste del partido.

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Aún tiene en sus retinas el triunfo conseguido el pasado domingo. Un partido con un final de infarto en el que se consiguieron los tres puntos tras remontar en la recta final del mismo un resultado muy adverso. “Sigo contento por el resultado. Fue un partido que costó mucho ganarlo y gracias a todos y a que se quedaron con diez, el equipo tiró hacia adelante y al final salió bien”.

Vivió momentos complicados el pasado domingo. Un sector de la grada apuntó al guardameta en varios momentos del encuentro y fue el objetivo de su enfado a través de insultos hacia su persona. No quiso entrar a valorarlo y opta por afrontarlos. “Jugar así no es fácil. Mis compañeros sabían que lo estaba pasando un poquito mal y luego se vio la unión que hay en el grupo. Pero no voy a decir nada sobre lo que me dijeron ya que la gente puede decir lo que quiera. Lo he pasado mal, pero no sólo por eso. Que te digan esas cosas en tu casa no me gusta ni a mí ni a nadie, pero había que afrontarlo. Íbamos perdiendo uno a tres y tenían el derecho a decir lo que quisieran. Luego que nos guste o no, es otra cosa. Luego el equipo ganó y se quedó todo en una anécdota”.

Esa situación no le desanimó en aquel momento y acepta las críticas. Su intención es revertir la situación. “No voy a decir si está bien o no lo que dijeron. Cada uno está en su derecho de decirme lo que quiera. Ellos van a ver a su equipo, que está en descenso y va uno a tres. Me tocó a mí como le podría haber tocado a otro. Tampoco he estado desanimado aunque es jodido que en tu casa te piten. Si salí cabizbajo del campo fue también por la emoción del partido y no por tristeza. Eso que quede claro. Soy un profesional y tengo que aceptar tanto las críticas como las cosas buenas. El equipo está unido y tenemos cambiar los pitos por aplausos, cosa que será buena señal”.

En los minutos finales del encuentro el Albacete tuvo tiempo de colgar dos balones al área. En ambas ocasiones Casilla estuvo seguro y abortó cualquier peligro en dichas acciones. “Ese es mi trabajo. Faltaban uno o dos minutos y sabía que iban a colgarle balones a Salva que estaba arriba. No me tenía que echar atrás por lo que había dicho la gente. Tenía que ir como siempre he ido y no pasa nada”.

Su ilusión está puesta en poder traerse algún punto de la próxima visita a Cartagena. “Vamos a Cartagena con toda la ilusión del mundo, con la idea de sacar algo positivo y de hacer un buen partido allí. Ojalá sean los tres puntos pero si es sólo uno será bienvenido. Aunque es mejor de tres en tres, lo importante es ir sumando fuera de casa”.