El centrocampista diestro castellonense se ha convertido en el jugador más importante, y decisivo, desde que aterrizó en la Tacita de Plata en el mercado invernal. La llegada de Jose González al equipo y la urgencia de fichar a otro jugador para la banda derecha (con Oli se dejó esa banda descompensada con sólo Enrique), hizo buscar de urgencia a un extremo. El elegido fue Pablo Hernández del Valencia B. El contrato de cesión contemplaba el préstamo del jugador por parte del club valencianista durante lo que restaba de temporada y la siguiente. Pero si al finalizar ésta, el jugador recibía una oferta de un equipo de superior categoría (Primera División si el Cádiz no logra el ascenso) Pablo quedaría libre de todo compromiso con la entidad amarilla.

Su magnífica temporada no está pasando desapercibida por el mercadeo futbolístico español y su nombre comienza a sonar en algunas operaciones. Sin ir más lejos, al interés del Madrid por el defensa del Getafe Aléxis, se ha sumado el Valencia. En la operación entrarían (además de dinero) David Navarro y el diestro cadista.

La oportunidad de jugar en Primera, un suculento contrato y siendo el Getafe uno de los equipos de moda de la LFP, no le hace ascos a nadie. La esperanza de conseguir el ascenso para el cadismo se convierte también, por tanto, en una de las pocas posibilidades de retener de amarillo a Pablo Hernández.