Michael Robinson ofreció a Laudrup ser entrenador
El consejero se fijó en el danés para dirigir al Submarino
Jose Grima
Lo atípico de la presente temporada podría haber ido a más en muchos aspectos. La llegada de Oliverio Álvarez al banquillo del conjunto cadista el pasado mes de mayo significó entonces un importante paso en el futuro amarillo que pretendía estar marcado pro la relevancia que podría conllevar el proyecto dirigido por el ex futbolista ovetense. Fue una apuesta arriesgada y sorprendente para algunos, y acertada y valiente para otros. Aunque las cosas no tardaron en ir mal con el ya ex futbolista en el banquillo desde la pretemporada con la derrota en San Fernando y el empate en Chiclana, no fue hasta la derrota en el Molinón por 5-4 ante el Sporting cuando se puso el punto y final de su debut en los banquillos.
Hasta llegar a ese unto la agonía de Oli fue de casi un mes. Desde que el equipo perdió en el Ramón de Carranza ante el Castellón (0-2) y fue apeado de la Copa del Rey ante el mismo equipo castellonense (1-0), a principios de octubre, el relevo en el banquillo se convirtió en una 'perita en dulce' por los ofrecimientos que llegaron hasta la sede cadista. Además, estaban los sondeos realizados por diferentes miembros de la comisión deportiva para dirigir a los amarillos a partir de ese momento. El objetivo marcado desde el principio de la temporada habría sido el ascenso, y había que elegir pronto y bien. La llegada del gaditano Jose González fue la apuesta inteligente y coherente por alguien que conocía a la perfección a la plantilla y al club, pero también había otra apuesta importante sobre la mesa: Michael Laudrup.
El heredero del trono del fantástico Alan Simonsen, que forjó una carrera espectacular como futbolista a ritmo de dribblings, goles y asistencias; pudo acabar dirigiendo a los amarillos el pasado mes de noviembre. El consejero Michael Robinson le hizo el ofrecimiento de entrenar al Cádiz. Laudrup había cosechado una carrera breve pero exitosa como entrenador del Brondby, equipo danés en el que militó como profesional a comienzos de los 80, y encajaba en el perfil de lo que buscaban los amarillos. El mejor jugador que ha dado Dinamarca en toda su historia deportiva rechazó el ofrecimiento porque en su política no entraba entrenar a un equipo a mitad de temporada. Eso sí, para el futuro de los amarillos puede ser una opción.