Antes de que se hiciera efectiva la llegada de Antonio Blanco la dirección deportiva, representada por Jorge Cordero, hablaba de que serían dos los movimientos que quedarían por realizar. A día de hoy, con dos derrotas, cero goles a favor y una horrible imagen, se antoja como una cifra demasiado baja de incorporaciones para encarar el tramo final del mercado de fichajes.

El Cádiz necesita urgentemente efectivos y que estos sean, como ya pidió su entrenador hace dos semanas, importantes y no complementos. Jugadores que se conviertan de inmediato en titulares para elevar de manera sustancial el nivel de un plantel que ahora mismo se parece muy poco al de un club que lleva tres años consecutivos en Primera División.

La afición está que trina y desde los diferentes altavoces de los que goza, cada día reclama esa mejora que, a menos de dos semanas de que la ventana de fichajes eche el cierre, parece complicada que se produzca. Para colmo, a rebajar el pesimismo tampoco ha ayudado el que haya volado Dani Gómez. Se dice que una cantidad irrisoria de dinero habría hecho que haga finalmente las maletas al RCD Espanyol en vez de al club amarillo.

El mercado ahora mismo no parece tener piezas importantes de mediocampo hacia arriba, que es donde el Cádiz parece necesitar los quilates para que su juego brille y dé frutos. Habrá que esperar si la urgencia de otros equipos de soltar lastre en los últimos días para cuadrar límites puedan hacer cambiar el decorado y se pongan a tiro jugosas opciones. A todo ello, hay que sumar todavía hay varios efectivos a los que no se les encuentra acomodo para tener algo más de margen económico con el que buscar las opciones de refuerzo que no acaban de llegar. Serán días movidos en los que el Cádiz, sin duda, sentirá la presión de su entorno.