La droga es un problema.
Y no le encuentro otra explicación a que gran parte de la afición haya perdido el norte. Sí, el mismo norte donde hace unos años un señor con gafas nos hizo llegar al fútbol profesional con un playoff de ensueño. A mí no se me hubiera ocurrido el reconvertir a Servando en Roberto Carlos (no el cantante), ni enseñarle a Carlos Calvo a tirar faltas (o a ver si os creéis ustedes que ese chaval sabía si quiera lo que era un balón)… y ¿quién provocó esa falta? Despotovic, su mejor jugada en el Cádiz. Todo eso yo, pero ustedes seguro que no, ya sabían cuáles eran las claves para ascender y lo del Gafa no tuvo mérito ninguno. ¡Con la cantidad de entrenadores que hay en Cádiz y tiene que venir el guineano éste a subirnos!
Bueno total, que encima que nos saca del pozo después de seis años, tiene la poca vergüenza de mantenernos en la mejor segunda división del mundo durante tres años seguidos y encima salvándonos en marzo. De cárcel, ni un título europeo en tres años. Yo es que prefiero que me descienda Guardiola a pelear por entrar en el playoff hasta la última jornada con el Gafa. Porque soy así, me gusta el buen fútbol. ¿De qué vale lo que propone este Cádiz? Según la nueva normativa de la RFEF, en colaboración con la LFP, absolutamente nada:
- A partir de la temporada 2019/2020 no gana el equipo que marque más goles sino el que haya tenido más posesión durante el encuentro.
- Nueva función del cuarteto arbitral, que decidirá mediante consenso, otorgar 3 puntos extra al equipo que haya jugado más bonito.
- Posibilidad de descenso administrativo inmediato si durante un partido se juega al contraataque.
Además es que hasta en las alineaciones el entrenador del Cádiz es malo: un día juega uno, al siguiente no lo pone… yo es que de verdad no lo entiendo. Ni que fuese un tío que está en todos los entrenamientos y conoce mejor que nadie a la plantilla...
La plantilla, esa es otra. ¿Os podéis creer que no hayamos ganado ni una Copa del Rey con los equipazos que le hemos dado a este señor? Goleadores internacionales como Carrillo o Jona; titularísimos de equipos de Champions como el alemán ese, el Reus, del que traímos este año a Dejan Lekic y a David Querol. Esos jugadores en un equipo normal, te aseguran dos Botas de Oro (una para cada pie) y por culpa del estilo defensivo de este entrenador no han destacado. Encima se quejará, si le han traído al contrastado Renella, titularísimo del equipo de reservas del Extremadura. Y al Niño de la Guerra, la mayor promesa del fútbol serbio, y hablo con datos: entre Messi y él, esta temporada han anotado más de 50 goles.
En fin, que con todos los goleadores natos que hemos tenido, no hemos sido capaces de ascender todavía. Tan solo el primer año en segunda, con Ortuño, llegamos a jugar playoff y nos eliminó el Tenerife con 1-1 en el global de la eliminatoria. Lamentable. Es verdad que nos anularon un gol legal en Carranza para ponernos 2-0. Pero no es excusa. Es verdad que ellos hicieron un penalty clarísimo por manos antes de su gol. Pero no es excusa. ¡Carajo, que nos metió GOKU! Pero no es excusa. Si hubiéramos ganado los 42 partidos de liga ese año, probablemente habríamos subido, y equipo había para ello. Al final 64 puntos.
El segundo año en segunda división, nuevo fracaso estrepitoso. Otra vez salvados en marzo y al final novenos, ni playoff ni nada. Doblete de Machís en Los Cármenes y para casa. Coincidió que ese año no había Copa América, mala suerte joé. Otra vez 64 puntos y lo peor es que se había mejorado muchísimo el ataque, pasando de los 17 goles de Ortuño a los 78 “¡uuuuy!” de Carrillo, Jona, Barral y cía.
Este año era el bueno, se vende a Álvaro García los últimos días del mercado y no se trae sustituto. Luego Salvador se enfada porque a él no lo han vendido y se pone triste, y claro, con tristeza no se puede trabajar. Total, que los extremos, la baza ofensiva más importante de este equipo durante las dos temporadas anteriores, no están. ¿Qué hacemos Gafa mío? Pues galones a Vallejo y a aprender a jugar por dentro. El chiclanero se convierte en el máximo goleador del equipo y acabada la primera vuelta, un año más, el equipo arriba en la clasificación. Winter is coming, y el Cádiz con el dineral ingresado por Álvarito debajo del colchón de Vizcaíno se lanza a por el ascenso. Grandísimos jugadores como Querol, Renella, Jovanovic llegan para reforzar un ataque más peligroso que el Brasil de Pelé, y además un tal Machís, el chavalito que nos dejó sin playoff la temporada anterior. Fichajes de media temporada que alteran el espacio-tiempo, que hacen que el flujo temporal se invierta, ya que llegan sin costar un euro y se van sin valer un duro. Pero no Darwin Machís, él se convierte en el nuevo buque insignia del equipo y empata a Manu Vallejo como máximo artillero del equipo. ¡Sorpresa! Este año alcanzamos los 64 puntos antes, y según el Gafa, este año quería hacer 69 para entrar en playoff. La mayoría de la afición también quería hacerlo, pero volvamos a hablar de fútbol…
Llegan las dos últimas batallas contra equipos que no se juegan nada: Extremadura en casa y Sporting de Gijón en El Molinón. Fácil sacar 6 puntos y volver a pelear el ascenso, y más con la friolera de 16 goles anotados entre Manu Vallejo y Darwin Machís hasta el momento. Pues no pueden jugar por el virus Fifa, que eso es como cuando te llamaba tu madre para casa y dejabas el partido con tus colegas en la calle a medias. Yo lo entiendo, la selección tira mucho y más si ya has reservado una Scape Room que eso ni te devuelven la fianza ni nada. Cádiz es sabia y lo entiende Manuel, lo que no sé es si conseguiste salir. Y a Machís al pobrecito es que no le dejaron quedarse, con lo bien que se está en Cádiz y con la holoturia más gorda que se va a comer Venezuela en la Copa América, ¿cómo se va a querer ir de aquí?
No tenemos un tío que meta un gol, pero no es excusa, el empate contra Extremadura nos vale porque el Depor tampoco gana… pues nos meten un gol con la tibia desde el centro del campo. ¡Esas jugadas hay que entrenarlas, míster! Nos quedamos otra vez con 64 puntos y adiós al playoff. Otro año cumpliendo el objetivo en marzo, ¡qué desastre!
Yo fui de los que estuve en el pozo. Mi primer año como socio fue el primero de los “tiessinis”, admiré la calidad de Viyuela, Vergara y compañía (vaya gafe más grande estrenarse así en Carranza), y desde entonces ahí sigo. Animando, comiendo pipas, atragantándome por animar comiendo pipas… y nunca me he sentido tan ORGULLOSO como los tres años y pico que ha estado este señor aquí. Pelea, lucha, sacrificio… para comerte un mojón al final, ¿soy el único que se siente identificado con esto? Sé que mi equipo muere por mí y yo lo haré por ellos, hasta el final y especialmente por el capitán de este barco: Don Álvaro Cervera. Os prometo desde lo más profundo de mi ser que firmaría estar veinte años más en esta situación. Por esto me despido pidiendo la renovación por veinte años de Don Álvaro Cervera, mi guineano favorito.
¡GAFA VEINTE YA!
Alejandro Fernández Jiménez
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