“Me gusta ir con el verano muy lejos, pero volver donde mi madre en invierno”. Facundo Cabral

Cada fin de semana el mismo ritual. Justo antes de empezar forman una melé en su campo,  estiran los brazos al centro, entrelazan las manos y contestan al unísono la arenga del capitán: “¿Qué somos? ¡Un equipo! ¿Qué hacemos? ¡Luchar! Un, dos, tres… ¡Olímpico a vencer!”. Ya están preparados y motivados para disfrutar haciendo lo que más les gusta: jugar al fútbol. 

Este ha sido especial porque les tocó apoyar a  Etienne, un compañero de club del equipo juvenil que viene padeciendo intolerables ataques racistas por parte de jóvenes -de su misma edad-  de los rivales a los que se enfrenta o desde la grada por familiares de estos.

Tiene mandanga que en la segunda década del siglo XXI tengamos que denunciar comportamientos de esta índole a edades tan tempranas. Y duele más que sea precisamente en Cádiz, que ha forjado sus tres mil y pico años de  historia a base de mestizaje y cuenta en su ADN con mezcla de sangre fenicia, romana, musulmana, gitana, oriental, africanos, gallegos del freidor,  chicucos  de la Montaña y hasta marineros del Amerigo Vespucci, con la leche que mamó la Gran Regata del 92.

En el fondo subyace una cuestión de educación,  y eso se tiene o no. No te la pueden enseñar en las escuelas ni en ningún club porque viene de serie, hay que traerla de casa. Tan sencillo como la obligación que tenemos los padres de transmitir a nuestros hijos los principios y valores que nos inculcaron nuestros mayores. 

Esta semana el CD Olímpico ganó por goleada a la intolerancia. Con el apoyo de todos, desde el propio Cádiz C.F. a la prensa deportiva gaditana, pasando por los Brigadas. Todos se volcaron desde el primer minuto con Etienne para que supiera que en este partido no está solo.

Orgulloso del club,  de sus  entrenadores  -que no son fabricantes de jugadores ni de títulos, sino de personas-  y de los veintidós  matracas  que componen el equipo de mi Guille. No creo que alguno llegue a ser como Messi y espero que ninguno sea como Maradona, pero estoy seguro de que todos serán personas.

José Manuel Ramos 'Pichili'
Colaborador de Portal Cadista y Radio Cádiz