“Una buena gran parte del arte del bien hablar consiste en saber mentir con gracia”. Erasmo de Rotterdam.

Nada, que no hay forma de que el Cádiz saque matrícula en la Universidad de Murcia.  Aunque el equipo no anduvo muy católico al menos esta vez consiguió un cinco pelao, un aprobado justito, como el empate que se trajo de la Condomina.

El partido fue como un pregón de Semana Santa, insufrible,  debido, entre otras cosas,  a que algunos salieron con una torrija en tó lo alto (lógico en estas fechas cuaresmales en las que nos encontramos).  Si no, a  cuento de qué Jona, que necesita la Plaza España vacía para darse la vuelta, iba a marcar el golazo que hizo  en una jugada tonta a la par que absurda.

El gol del excadista sirvió para que los amarillos espabilaran y fueran en pos de la igualada como el Despojado por Fernández Ladreda, lo más rápido posible.

Por justicia poética, el tanto del empate lo logró  Eddy Silvestre justo en la misma semana en la que algún tertuliano illuminati con tomati se lamentara de que el hispano-azerbayano no volviera lesionado  del periplo con su selección en vez del comorense Abdullah. Una gracia, vamos. ¿De verdad que deseamos que uno de los nuestros se lesione? Riddikulus maximus.

Por momentos dio la sensación de que con el objetivo cumplido algunos jugadores están en fase de relax. Esperemos que sea el descanso del guerrero y el míster sepa reactivarlos, pues sería una pena que, a falta de diez jornadas y manteniendo intactas las opciones de ascenso, dejaran pasar esta oportunidad.

Llega la hora de la verdad.  Queda un mundo, treinta puntos en juego y todo por decidir. Y Carranza decidirá. El expreso Cádiz CF con destino a primera va a efectuar su salida por el andén 9 y ¾. Próxima estación: a luchar a muerte por el play off. Échenle ganas e ilusión  que lo mejor está por venir.

José Manuel Ramos 'Pichili'
Colaborador de Portal Cadista y Radio Cádiz