El equipo hizo disfrutar a su afición y ella se lo devolvió con cánticos.

Foto: portalcadista.com

Casi siete mil personas se dieron cita en el estadio gaditano en el segundo sábado de carnaval para ver ganar a su Cádiz CF ante el Lucena. Disfraces en la grada y un ambiente que presagiaba algo bonito en el terreno de juego. Atrás quedaron los malos augurios que traen estos partidos cada año con motivo del carnaval.

A los 20 minutos de partido el público comenzó a jalear a los suyos. El equipo era dueño del balón y las llegadas tenían color amarillo. Vargas estaba salvando al Lucena bajo palos y la afición sabía que tenía que poner también de su parte.

Los dos goles de Juanjo acabaron por levantar de sus asientos a los cadistas presentes en el Ramón de Carranza y los aplausos volvieron a arreciar a la finalización de la primera parte. Y ahí comenzó el partido de Los Hinchapelotas. La chirigota estaba en Fondo Sur y, obligando a que la megafonía del estadio esta vez no sonara durante el intermedio, ellos fueron los que hicieron que no pareciera que el partido estaba en tiempo de descanso.

Ya en la segunda parte la fiesta fue total y de ella se contagiaron las dos gradas restantes. Se corearon nombres de jugadores, se cantó el “Bien Aulestia, bien, picha”, se dejó algún recadito al portero visitante y al colegiado y, sobre todo, se cantó mucho. Tampoco faltó cánticos aludiendo al aún máximo accionista del club, Antonio Muñoz Vera, al que se le pidió que se fuera.

Las gradas se pusieron de acuerdo en los cánticos y Carranza fue una fiesta con el deseo de todos de que vuelva a repetirse más a menudo y, sobre todo, allá por el mes de mayo cuando se pueda cantar el ascenso a Segunda División.