Desde que acabó la temporada pasada para el Cádiz CF, hace ya dos semanas, hasta el día de hoy el único movimiento oficial que se ha producido en la plantilla del equipo cadista es la incorporación del delantero Moha procedente del Córdoba B y ya no se ha vuelto a anunciar más nadie. Entre tanto, muchos nombres, negociaciones abiertas, runrún contínuo, gente que se va, pero ninguno que viene.
Dentro de la amplia rumorología contrastada por los diferentes medios que durante la pretemporada dilucidan conversaciones de agentes de futbolistas con los Pina, Cordero y compañía, este verano han sido muchos los jugadores que, a pesar haber el club cadista tanteado sus incorporaciones han tomado otro rumbo. A nadie se le escapa los casos de Borja Lázaro, de Ángel o de Joselu, por citar tres de los que más ruido mediático generaron, que finalmente por el avance y evolución del mercado no terminarán vistiendo de amarillo y azul ni jugando sus partidos de casa en el Ramón de Carranza.
Tampoco pasa desapercibido el ruido generado por el abogado de la 'actualmente disuelta' Sinergy, el granadino José Enrique Rodríguez Zarza, anunciando un bloqueo en fichajes que desde el propio Cádiz CF tardaron escasas horas en desmentir pero que han creado una nube de desconfianza en un sector de la afición que, acogiéndose a la pesadumbre a la que siempre ha acostumbrado institucionalmente los veranos cadistas y los días que llevan sin anunciar un fichaje, ya piensan en cuestiones oscuras contrarias al día a día del club cadista.
La realidad comprobada es que el Cádiz CF tiene ya prácticamente su equipo hecho, cosa que no tenía el Granada CF tras su descenso o el Real Zaragoza tras el fiasco de pasada campaña, y que tanto Quique Pina como Juan Carlos Cordero saben donde buscar, cómo y lo que buscar, dentro de las posibilidades y los movimientos que ofrece un mercado al que los amarillos -no hay que olvidarse- han acudido con dinero contante y sonante para hacerse en propiedad con Brian Oliván al día siguiente de haber caído apeado de la lucha por el ascenso a Primera División.
El propio Cordero manifestó que desde el 1 de febrero de 2017 ya había empezado a trabajar en la confección de la plantilla para la temporada 2017-2018 y hay jugadores que se negociaron y se fueron, pero otros se siguen negociando y otros tantos ya se encuentran casi a punto a falta de los ya conocidos flecos contractuales.
Más allá de la falta de ingredientes con los que adornar la campaña de abonados, que continúa a buen ritmo, más allá del juego a fantasear con fichajes al que acostumbran varios aficionados aprovechando las redes sociales como altavoz, o del alboroto de los procesos judiciales que usan otros para generar miedos, el Cádiz CF sigue a lo suyo y trabajando en silencio.
En el club nadie está parado: ni el personal comercial, ni el de taquillas, ni el de marketing, ni el administrativo, ni el de prensa... y a otros, como a Juan Carlos Cordero, le faltan horas del día para atender las llamadas de unos y otros.
Es lógica la impaciencia de la afición, pero ésta se irá diluyendo en las próximas horas y días cuando empiecen a oficializarse movimientos.