Presumiblemente será el 24 de julio cuando la Real Federación Española de Fútbol, en su asamblea, configure los cuatro grupos de Segunda División B. Sea como sea, la sensación es que el reparto de clubes entre los mismos seguro que no va a contentar a todos. Nada más acabar la competición el FC Cartagena expresó su deseo de no volver a jugar en el Grupo IV debido a los desplazamientos tan largos que deben realizar y viendo más lógico estar junto a catalanes y valencianos.

Ahora son los equipos castellano-manchegos los que tampoco ven con buenos ojos viajar al sur esta temporada. La pasada semana en una reunión mantenida entre esos clubes se dejó clara la postura de Puertollano, Guadalajara, Toledo, Conquense y Socuéllamos para transmitir al máximo organismo del fútbol español su deseo de no quedar enclavados en dicho grupo y sí en el Grupo II con los equipos del centro de la península.

Un rompecabezas como el de todos los años que la RFEF tendrá que resolver en la última semana de este mes y que podría complicarse aún más con la situación de Real Zaragoza y Real Murcia, que tienen sobre sus cabezas la amenaza del descenso a Segunda B por impagos. Si se produjera alguno de ellos o se dilatara la decisión por motivos judiciales, podríamos estar hablando de un nuevo retraso a la hora de configurar los grupos.