El estadio del Real Betis Balompié, el histórico Benito Villamarín, abría sus puertas para acoger el partido entre el filial verdiblanco y el Cádiz CF. Un gesto bien acogido inicialmente por la afición cadista y que sirvió para que incluso el presidente del club gaditano remitiera una misiva de agradecimiento.

Según cifras ofrecidas por el club verdiblanco fueron alrededor de 700 los aficionados cadistas que disfrutaron del partido conjuntamente desde la llamada zona visitante del Benito Villamarín, ubicada en una de las curva norte del voladizo superior, que se unieron a los otros tantos desperdigados por la allí denominada grada de Preferencia (la comunmente denominada Tribuna).

Los cadistas disfrutaron del partido, cantaron los dos goles de su equipo, no saciaron de animar a los que iban de amarillo sobre el césped, pero si bien inicialmente estaban quejosos de la altura en la que se encontraba el graderío (unas 10 plantas de altura) estando toda la grada de Fondo (la comunmente denominada Preferencia) libre.

Cuando acabó el partido las escaleras para la evacuación del estadio estaban completamente a oscuras y con la iluminación apagada, según han reportado varios aficionados a PORTAL CADISTA entre los que se encuentran personas mayores que han considerado que ante la falta de iluminación se ponía en peligro su integridad, y que tuvieron que hacer uso de las linternas de los teléfonos móviles para ir bajando tramo a tramo de las escaleras.

Un pequeño 'pero' que no manchará la jornada festiva para los cadistas hoy, pero que ha supuesto alguna molestia para aficionados cadistas que se llevan un mal sabor de boca de un estadio que, a pesar de estar viendo esta temporada fútbol de Segunda, es más que un recinto deportivo de Primera División.