EL CÁDIZ ROMPIÓ SU RACHA ANTE UN CIUDAD INOFENSIVO
El primer gesto emotivo de la noche se produjo antes de comenzar el encuentro. Los dos técnicos, Rubio y Espárrago, se fundieron en un prolongado abrazo que dio paso al pitido inicial. El segundo gesto lo tuvo la afición, tanto la murciana como la gaditana, que aplaudieron de forma unánime el gol del Murcia en Chapín ante el Xerez. Y el tercero, de los dos equipos, que no crearon ni una sola ocasión de gol en la primera mitad. Sólo Rivero, y flojo, lanzó entre los tres palos. A pesar de esto, los dos equipos lucharon por mantener el dominio en el centro. Falcón, Gibanel, Manolo Pérez y Bezares hicieron del círculo central una batalla, pero nadie se aprovechó por las bandas. El único que estuvo cerca de marcar fue Oli, pero su cabezazo salió fuera. La tranquilidad visitante contrastaba con la necesidad local, pero la diferencia en la tabla no quedó reflejada sobre el terreno de juego. Timpani y Pedro frenaban las entradas de Sesma y Navarrete y el Cádiz no asustaba. En el Ciudad, Aguilar, que empezó bien, desapareció según pasaban los minutos y su equipo lo notó. Güiza solo no podía y nadie le apoyaba en ataque. Mientras, Úbeda y Godino calentaban en la banda.
Oficio cadista. La segunda parte fue una continuación de la primera. Los dos equipos estaban más preocupados por mantener su portería a cero y se olvidaron de atacar. Javi Fernández y Armando ni la tocaron, aunque el portero local estuvo a punto de adelantar los Reyes al Cádiz. La entrada de Úbeda llegó tarde y el Ciudad siguió sin pisar el área con peligro. Los dos equipos reclamaron un penalti, pero Fernández Hinojosa adelantó la Navidad. Al final, empate justo y el Cádiz no pudo sumar su octavo triunfo consecutivo.
