El director deportivo es crítico con el equipo: "si no vamos al límite, poco se puede hacer".

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Es el máximo responsable de los éxitos y fracasos deportivos del Cádiz CF. La figura de la dirección deportiva recae en Roberto Suárez y éste ha analizado cómo está yendo la temporada a falta de siete jornadas con el Cádiz en quinto lugar y en el momento más complicado de la competición. Lo hizo en la tertulia que realiza semanalmente Onda Deportiva Cádiz, de la mano de Jose Grima en el restaurante gaditano Arsenio Manila.

Suárez fue sincero ante la cuestión de si se encuentra satisfecho con lo realizado tanto en el mercado veraniego como en el invernal. El asturiano declaró no encontrarse así y reconoce que quizás debería haber llevado a cabo sus decisiones de otra manera. “No estoy contento. Ha habido cosas que se podrían haber hecho mejor o maniobrar de otra forma. Pero también hay que tener en cuenta que había cosas que había que hacer sobre la marcha y se ha ido muy ajustado en la toma de algunas decisiones. No estoy, por lo tanto, satisfecho. El 30 de junio veremos el rendimiento que ha habido con respecto a las decisiones que hemos tomado, las incorporaciones y la gente que se quedó. He dicho varias veces que no he querido entrar como un elefante en una cacharrería sino ver un poco cómo iba todo, y tal vez ahí habría que haber actuado de otra forma”.

No quiso sin embargo hacer un balance de su estancia en el club desde el inicio de la temporada. No cree que sea el momento y emplaza al final de la campaña para responder a esa pregunta. “Sobre eso opinaré el 30 de junio. Hasta entonces estamos metidos en toda esta vorágine en la que nos jugamos mucho. Debemos hablar de que estamos ante nuestras últimas oportunidades de lograr un objetivo. Entonces podremos hablar de cómo ha sido mi estancia en el club y cuál ha sido mi día a día en toda la temporada”.

El Cádiz partía con el objetivo de la primera plaza. Esta queda no sólo lejos, sino que en estos momentos se pelea por entrar simplemente como cuartos. “No es que haya muchas diferencias entre esos equipos y el Cádiz, pero tal como se inició la temporada y cómo ha transcurrido, como institución sí la hay. Teníamos que ser primeros porque somos el Cádiz, pero también hay que saber qué Cádiz somos. Por lo tanto, el objetivo claro era ser primeros pero también hay otros clubes con la misma importancia y fuerza que también tenían ese objetivo. Esos equipos no es que se nos hayan colado, sino que nosotros hemos permitido que lo hagan”.

No entiende por qué ha tenido que llegarse al punto en el que se pida ahora máxima aplicación al equipo cuando es algo que debería hacerse siempre. “Hemos tratado por todos los medios de transmitir al vestuario de que sean conscientes de dónde estamos, cómo estamos y que sean realistas. Podemos jugar al toque o al patadón, pero si no vamos al límite poco hay que hacer. Veo que hay equipos que, sin jugadores de calidad, como conjunto funcionan y van al límite convencidos de lo que hace yéndoles la vida en ello. Sacan hacia adelante partidos y si nosotros tenemos esa actitud podemos jugar como sea. Creo que no estamos poniendo lo que hay que poner para sacar los partidos. Como futbolistas individualmente son buenos, pero como conjunto nos falta eso para que la cosa funcione. No creo que haya que esperar a tener el agua al cuello para hacerlo”.

También quiso expresar su alegría por el partido del canterano Rubén Díaz la pasada jornada y espera que en el futuro sea algo más común ver a jugadores del filial en el primer equipo. “Es algo por lo que estoy contento. Podíamos haber tenido gratis a un central sub23 y no lo hicimos porque queremos contar con la gente de abajo. De la cantera creo que hay que cambiar cosas pero el camino es ese: si necesitas por ejemplo un central, tienes que tirar de ellos. Esa es la dinámica en la que hay que entrar y no pararse. Si entra un canterano y no da el nivel, pues nada. Pero si sí lo hacen, hay que ir a más esté quien esté llevando el club, la dirección deportiva o el banquillo. Es el camino a seguir. El paso de Tercera a Segunda B es mínimo y hay que hacer el escalón lo más pequeño posible. Se consiga o no el objetivo, en este aspecto debemos seguir hacia adelante”.