El teléfono le sonó durante el entreno y los jugadores y técnicos le hicieron pagar.

Foto: portalcadista.com

La anécdota de la mañana en las instalaciones de El Rosal la protagonizó Richard Moar. El gallego estaba en la banda del campo principal observando el entrenamiento del Cádiz CF cuando su teléfono móvil sonó hasta en un par de ocasiones, algo que el régimen interno no permite pues durante el trabajo del equipo éstos deben estar silenciados.

Entre risas y reproches por este hecho, tanto la plantilla como el cuerpo técnico le recordaron que debía hacer efectiva la multa, algo que Richard Moar aceptó aunque a regañadientes pero sin perder el sentido del humor. Ni corto ni perezoso se dirigió a su despacho y volvió con un billete de 20 euros, el cual dio a Paco Baena quien es el encargado de la ‘recaudación’ de estas multas.

El desembolso, ni que decir tiene, fue recibido por parte de todos con risas y aplausos.