Desde la llegada de Claudio Barragán el lateral Andrés Sánchez se hizo dueño de la banda izquierda de la defensa. El futbolista del Cádiz agradece al técnico su confianza pero también cree que el volver al equipo es también mérito suyo. “Me encuentro físicamente bien, aunque cada día hay que seguir mejorando. Me encuentro casi a tope pero hay que mejorar. Espero estar a tope para este domingo. El míster me está ando confianza. Estar ahí creo que también me lo he ganado. Él me da su confianza y yo se la devuelvo”.

La tranquilidad de la plantilla en el aspecto institucional es total. Andrés explicaba que es su primer año cobrando al día sus emolumentos y que eso hace a todos estar más centrados en el trabajo. “El equipo está bien. Estamos al día. Queda diciembre pero no hay ningún problema en ese sentido. En todo el año, desde que llegaron, prácticamente todo lo han llevado al día y en ese tema el equipo está muy tranquilo. Eso ayuda. Estás más centrado en lo deportivo, venir a trabajar con la mejor actitud. Por suerte, yo que he estado todos los años con ese problema, es el primero que vengo a entrenar todos los días sin pensar en nada”.

Los tres puntos del domingo es lo único que debe tenerse ahora como objetivo y La Roda está en el punto de mira. “Tenemos que ganar los tres puntos olvidándonos de si es un campo grande, un campo pequeño. Sin queremos ser campeones tenemos que ganar en todos los campos. Cada domingo es importante, ya sea jugando en casa o fuera. Lo importante es la última jornada. Lo estamos haciendo bien y en una dinámica muy buena. Tenemos que mirarnos a nosotros. Que el UCAM pinche o no, no tiene que importarnos. Además ellos tienen que venir a casa y aún queda mucho. Tenemos que centrarnos solo en La Roda”.

Cree que el equipo ha ido ganando solidez defensiva a lo largo de las últimas jornadas, fruto del trabajo de todos. “Estamos con confianza, pero eso no es solo trabajo del portero, los cuatro de atrás y los dos pivotes. La presión se empieza desde muy arriba con los delanteros y eso nos favorece a los de atrás para robar. El trabajo de los de arriba es increíble porque no paran de presionar y de correr”.