A pesar de que ayer la actualidad deportiva del Cádiz CF se centró en el sorteo que deparó la eliminatoria ante el Real Madrid, lo cierto es que la importancia máxima ahora radica en el próximo compromiso ante la UD Melilla. Claudio Barragán aún tiene muchas cosas que corregir en el equipo, y una de ellas es la de evitar la precipitación a la hora de crear juego. “Perdimos en casa y tiene más transcendencia por el equipo que era. Es algo que está ahí y que te puede pasar en cualquier momento. Tenemos la necesidad un poco de completar las acciones fuera de casa con una victoria, pero eso tampoco puede ser una obsesión que nos pueda precipitar en el juego. Es algo que también hemos trabajado, que esa precipitación ante el Murcia como el de Copa, intentar evitarla dentro de lo que sea posible. Tener más tranquilidad con el balón y acabar las jugadas mucho mejor de lo que lo estamos haciendo. A lo mejor no generar tanto y tener más efectividad de cara a puerta”.

No llega este partido en un buen momento por lo que supone el viaje a la ciudad norteafricana. A Claudio le preocupa que el equipo no pueda recuperarse bien tras el partido del miércoles. “El viaje no me gusta cómo está organizado, tengo que decirlo, porque hemos tenido un partido de Copa con mucha exigencia y el que se tuvo que dar el máximo para pasar la eliminatoria. Hay que tener en cuenta también que jugaremos por la mañana, con poco tiempo de recuperación. Hay que recuperar a la gente y el viaje de mañana es estar todo el día hasta que lleguemos a Melilla que será hasta las nueve de la noche. La gente no va a tener tiempo para descansar y ese es el miedo que tengo”.

Defendió de nuevo a Aridane y a toda la plantilla. El técnico cadista quiere que su equipo sea fuerte mentalmente ante las críticas y que el poder fallar sobre el césped no se convierta en un peso extra. “El chaval es muy tranquilo. Que tiene personalidad. Es un tipo muy bonachón. No se nota cuando va a disputar fuerte el balón, pero es un chaval majísimo. Se entrena al doscientos por cien en el día a día. No solo a él, sino a todo el vestuario hay que arroparlo. El equipo lo da todo en el campo. No somos un equipo que tengamos jugadores rácanos. Podemos estar más o menos acertados, pero el equipo corre y pelea. Les he dicho que cuando alguien falla no lo quiero ver con la cabeza agachada. El otro día recriminé algo a Tomás con un gesto un poco obsceno, y me pasé, pero fue para que levantase la cabeza. Cuando el jugador lo intenta, la cabeza tiene que estar arriba siempre”.

Otro de los aspectos a mejorar es el balón parado. Pero en ese caso Claudio no le da tanta importancia porque considera que son pocas las ocasiones en las que el rival remata. Eso sí, en las que lo hace, suele sacar rédito. “Son más despistes nuestros. Son cosas en las que tenemos que hacer más hincapié pero tampoco tiene que ser una obsesión. Habrá momentos en los que, si lo miras bien, contra el Laredo nos remató dos veces pero no es que nos lo hagan mucho. Pero es verdad que cuando nos rematan nos generan mucho peligro. No es recibo que un jugador entre solo. Cada uno se tiene que responsabilizar de lo suyo. Si tú me ganas la acción no pasa nada., pero si veo que no hay tensión, pues habrá multa”.