El mercado invernal de la pasada temporada, con el exjugador Enrique Ortiz como máximo responsable de la confección de la plantilla, se decidía reforzar la plantilla con siete fichajes que a la postre se convertirían en los complementos ideales que hicieron posible el ascenso a Segunda División. Un ascenso por el que nadie apostaba y que, casi contra pronóstico, se conseguía tras superar las tres eliminatorias, contra Racing de Ferrol, Racing de Santander y Hércules CF.

De esos siete fichajes solo dos son los que han sobrevivido a la purga que se ha llevado a cabo tanto Juan Carlos Cordero como Quique Pina para adaptar la plantilla para LaLiga 1|2|3: Migue González y Carlos Calvo. En cambio con David Sánchez, Despotovic, Jandro, Nana y Xavi Carmona no han contado y tuvieron que buscar nuevo destino.

Migue González pronto se convirtió en un referente en la defensa y desde que llegó lo jugó prácticamente todo. Su estreno de amarillo fue contra el FC Cartagena en Cartagonova, un partido en el que fue el autor del único gol que a la postre sirvió al Cádiz CF para llevarse los tres puntos. Junto a Aridane formó la pareja de centrales inexpugnable del playoff de ascenso.

Carlos Calvo jugó menos que Migue. Su participación se traduce en solo 379 minutos jugados en 11 partidos y un gol anotado, que será el que pasará a la historia por ser el que supuso el 1-0 en casa contra el Hércules CF en la ida de la eliminatoria final del playoff de ascenso.

La continuidad de Carlos Calvo ha estado en el aire en todo momento, ya que desde la dirección deportiva se le avisó que se tenía que buscar equipo, pero al cerrarse el mercado de fichajes y el jugador no terminar cerrando nuevo destino, el club cadista se vio obligado a tramitarle su licencia y, por tanto, ocupar una de las fichas libres. Ahora, por tanto, es uno más y tendrá que ganarse la confianza de Álvaro Cervera y si se dan las circunstancias su oportunidad llegará.