El próximo domingo, el Cádiz visitará el Estadio Iberostar de Mallorca. Un partido más de LaLiga 1|2|3 para todos, menos para el delantero Dani Güiza. El de Jerez maduró y alcanzó el éxito como futbolista bajo el escudo del conjunto mallorquín, reencontrándose con la que un día fue su afición. Mucho ha cambiado el panorama, pero la historia y escenario son inamovibles en la vida de Güiza.

117 millones de las antiguas pesetas pagó el conjunto bermellón por Dani Güiza cuando, todavía en edad juvenil, pertenecía al Xerez CD. Debido a su edad, fue fichado para jugar en el equipo filial, debutando con el primer equipo el 2 de abril de 2000 en un encuentro ante el Espanyol. No le terminaron de salir bien las cosas, siendo cedido al Recre y terminando posteriormente en el Barça B de la categoría de bronce.

Al llegar el verano de 2003, Dani fue traspasado a un Ciudad de Murcia que debutaba en Segunda División. Sus 36 goles en las dos temporadas que defendió el escudo del equipo murciano no pasaron desapercibidos, llamando la atención del Getafe para regresar a la máxima categoría del fútbol. Esta vez, para quedarse.

Los buenos números que cosechó en el conjunto madrileño demostraron su explosión como futbolista, 27 goles en dos años. En verano de 2017, rechazando ofertas del Deportivo de La Coruña y el Rubin Kazan, Güiza fue traspasado al equipo donde comenzó su travesía como futbolista profesional. Al Mallorca. En su primera temporada hizo 27 goles, consiguiendo la mejor temporada de su carrera, siendo además el pichichi de la liga española, batiendo el récord anotador del club mallorquinista y alzando la Bota de Plata como segundo mejor goleador de las ligas europeas. Casi nada.

Como consecuencia –más que positiva-, Dani fue convocado para la Eurocopa 2008 por Luis Aragonés, teniendo la oportunidad de alzar la Copa y apuntarla en su currículum junto a goles a Grecia en fase de grupos y Rusia en semifinales. Llamó la atención del Fenerbahçe turco, regresando en 2011 al Getafe. En 2013 marcha al Johor Darul Takzim de Malasia, cruzando el charco ese mismo año para jugar en el Cerro Porteño de Paraguay. En 2016 regresa a España para jugar en el Cádiz.

Lo que ocurre después permanecerá en el recuerdo de los cadistas para siempre, tan eterno como su pisada y huella en el equipo de las Islas Baleares. El domingo, si Cervera le incluye en la lista de convocados, se reencontrará ataviado con la equipación del conjunto amarillo con la gente que hace una década celebraba sus goles.