Este mediodía, el jugador cadista Salvi Sánchez estuvo en el programa de Radio Marca Cádiz analizando la situación del Cádiz y, entre otros temas, explicó cómo había sido el caso de su lesión de rodilla. "Tuve el problema en Almería, noté un pequeño crujido, un gesto raro. Cuando me levanté le dije al doctor que quería probar, que se me había ido un poco pero no mucho. Hice un sprint, regateo bien y cuando disparo noto el pinchazo. Se lo comento al míster, al doctor, les digo que tenía molestias, aguanté y al hacer una frenada ya supe que tenía que irme del campo. Tal y como estaba el partido era mejor que saliera otro compañero".
Ante el diagnóstico, el sanluqueño decidió confiar en sus sensaciones y entrenar. "Lunes y martes me hice la resonancia y saltaron las alarmas. Lloré como un niño chico pero tenía la esperanza de que para mí no era tan grave como venía en los resultados de la resonancia. Tenía un esguince lateral interno pero no del grado que venía en las pruebas. Estuve hablando con Juan Carlos Cordero esa misma noche, estuvimos hablando un gran rato, y le dije que al día siguiente quería hacerme diferentes pruebas".
"El doctor me hizo varias pruebas en la Ciudad Deportiva y le dije que yo tenía que entrenar. Al equipo le hacía falta estar todos y le dije que buscara la forma para que pudiera llevar mejor el esguince. Entrené dos días bien, me sigue molestando pero hay que aguantar con dolor. Mi padre si se dobla la mano tiene que ir a entrenar al día siguiente", sentenció.