Jose González pedía al respetable durante esta semana que si tenía que pitar lo hiciera al final del partido. Y éste, el poco que había hoy en Carranza, hizo suyo el consejo y al final… pitó.

No había que ser adivino tras ver el partido para esperar esa reacción. Un encuentro malo de solemnidad donde el Cádiz no pudo ni siquiera poner en aprietos a uno de los equipos más goleados de Segunda División y que salvo milagro militará la próxima campaña en Segunda División B. Un Cádiz sin ideas y, lo que es peor aún, sin alternativas. Ni balones parados, ni acciones de toque, ni contraataque. Nada. Cero. El Lorca ni mucho menos vino a encerrarse a Carranza estando como está en la clasificación. No podía permitirse ni el lujo del empate. Es más, si hubieran tenido un gramo más de calidad en sus hombres de arriba, quizás le habrían (como dicen los argentinos) “pintado la cara” al Cádiz de Jose González en los minutos finales.

Un partido triste más que quedará en el disco duro de cada cadista que se armó de valor para acudir hoy al templo amarillo. Algunos de los que fueron, quizás lo hicieron para poder ver a Chico vestir la elástica amarilla en Carranza, pero ni eso. El técnico cadista no le dio un solo minuto.