El ahora técnico cadista fue jugador valencianista durante tres temporadas en la década de los noventa. Un pasado ché que recuerda con cariño pero que ahora no es más que una anécdota que regrese como entrenador. “Es un partido especial porque jugué allí y yo tengo mucha vinculación con Valencia. Es la primera vez que voy a ir como entrenador, pero son cosas que a mi no me rondan mucho por la cabeza. No es algo que me ponga nervioso ni es nada en especial. Es un partido importante ante un equipo que circunstancialmente está en descenso. Sé lo que es el Valencia y sé donde va a acabar el Valencia”.

Avisa de los peligros del equipo de Javi Gracia y huye de cualquier confianza con respecto a su situación en la tabla. “En el Valencia cuando las cosas van mal es difícil lidiar con esa situación, pero también hay presión buena porque hay mucha gente detrás de su equipo. Es una situación circunstancial y tiene jugadores con la suficiente calidad como para meterle cuatro goles al Real Madrid o ganarle a la Real Sociedad”.

Del rival destaca sobre todo “el contraataque y el balón parado. No es un equipo exento de calidad, pero como más daño hacen es así. Ellos son muy rápidos, con jugadores muy buenos, como Gameiro, Manu Vallejo o Cheryshev. Pueden jugar tocando la pelota, pero son más peligrosos al contraataque”.