El técnico cadista hacía un balance de la importante victoria de su equipo y empezada dejando claro que el equipo no empezó siendo lo que el quiere. “El partido bueno no ha sido porque ellos han salido bastante bien y nosotros bastante mal. A nosotros nos está costando muchísimo jugar. El hecho de no ganar nos tiene atenazados y los jugadores hacen la mitad de las cosas que saben hacer. El Eibar nos ha dominado y nos ha metido en nuestra área. El partido teníamos que ganarlo y eso nos da aire. Sabemos que no estamos haciendo el fútbol que queremos, pero ahora nos cuesta muchísimo. Hemos conseguido aguantarles, hemos hecho algún cambio y hemos tenido ocasiones a la contra. Tenemos miedo a lo que ha pasado, que es un penalti o una ocasión de gol en un córner. Nos metemos y nos cuesta muchísimo”.

Daba también importancia a los tres puntos por los resultados que se habían dado en otros partidos. “Si no hubiésemos ganado la cosa se nos ponía matemática y moralmente muy mal porque no estamos jugando a nuestro nivel y encima no ganas. Sabemos que estamos muy metidos atrás y esta victoria nos va a dar aire. Sabíamos los resultados pero no hablamos de esas cosas. Pensamos que habiendo ganado ellos siendo rivales directos de ellos, ahora la salvación se pone más barata”.

En su opinión, “la clave ha estado en el penalti, pero también en los dos mano a mano que no hemos metido. Al Cádiz CF le pitan penalti de cualquier manera y a nosotros nos cuesta hacer gol. No me ha gustado el partido como estaba pero hemos conseguido ganarlo. Así nos da aire y estamos más tranquilos”.

En la segunda parte el equipo ha mejorado en ataque, aunque no materializara las ocasiones claras que tuvo, pero también en defensa no fue lo contundente que debería. “Cuando han salido Perea y Jairo hemos estado bien, porque tienen la virtud de llevarla al campo contrario, pero cuando el rival la recupera nos atenazamos. Eso se recupera con la tranquilidad de los puntos en partidos como hoy”, explicaba Cervera.
Destacó también el gol de Negredo pero, sobre todo, su trabajo en el césped. “Tenemos un rematador de lo mejor que hay en LaLiga. El problema es que tiene 35 años y está en un equipo que necesita correr mucho para sacar los partidos adelante, pero como rematador es de lo mejor que hay y cuando la tiene la va a meter casi siempre. El hándicap es que no puede correr los metros que hace Sobrino”.