El mercado de fichajes invernal ha dotado al Cádiz no solo de más efectivos que aumentan el fondo de armario de la plantilla, sino que también estos refuerzos amplían las opciones de Sergio González a la hora de configurar el once dependiendo de lo que requiera el equipo en cada partido. Aunque el técnico cadista desde su llegada al conjunto amarillo parece decantarse preferiblemente por jugar con dos delanteros cuando las circunstancias se lo permiten, esta campaña está alternando el dibujo también jugando con uno solo en un 4-2-3-1. En buena parte esa variante ha aparecido cuando las piezas con las que podía contar eran escasas.
Las posibilidades en la parcela atacante se incrementan al contar ahora con nuevos jugadores como Sergi Guardiola, Roger y Chris Ramos, uniéndose estos a Negredo y Lozano. Aunque este último pueda partir como extremo veloz es cierto que en su etapa en el Lugo se ha destapado como un jugador importante en posición adelantada haciendo un buen número de goles, por lo que también se suma al grupo de jugadores que pueden actuar arriba.
Por el momento lo que parece invariable es el uso de extremos, aunque en ambos casos lo hacen a pierna cambiada y buen ejemplo ello son las acciones más peligrosas que tanto Bongonda como Brian Ocampo han protagonizado buscando su perfil bueno en sus llegadas al área. Rubén Sobrino también aparece como futbolista comodín en prácticamente todas las posiciones ofensivas.
Ante el Girona no parece probable que pueda contar con todos los arietes teniendo en cuenta que Negredo estaría aún con problemas físicos, sí se podría volver a jugar con una dupla atacante. Fuere como fuere, con todas esas opciones ahora mismo se antoja complicado acertar un once del Cádiz.