El de ayer no era un partido para el Cádiz CF. Ya desde el comienzo del partido se veía que iban a ser complicados llevarse los tres puntos de tierras murcianas y noventa minutos después se refrendaba esa sensación, bien sea por demérito de los de ayer de naranja o por mérito del Caravaca CF disfrazado del CF La Unión. Lo cierto es que el equipo cadista cayó derrotado, lo que a su vez genera más incertidumbre de cara a este final de liga.
Sorprendía la ausencia del presidente del Cádiz, el murciano Juan José Pina, y de su hija y consejera, la murciana Elena Pina. Pero se agradecía que una institución centenaria como el Cádiz CF no estuviese sola en La Unión, y en el improvisado palco del Municipal estuviese el consejero Emilio Cortés representándola.
Era el desplazamiento más lejano dentro de la península ibérica de esta temporada, pero a pesar de ello no faltaron cadistas. Alrededor de medio centenar acudieron a animar al equipo, tanto de poblaciones cercanas como Cartagena o Murcia, como desde Cádiz.
Lo de que el Cádiz CF vistiese ayer de naranja fue más capricho del árbitro que otra cosa, ya que el colegiado negó que el Cádiz vistiese su equipación titular por tener la camiseta amarilla unos ribetes azules en el lateral que supuestamente podrían confundirse con las rayas verticales de camiseta del CF La Unión. No fueron los únicos que se cambiaron de indumentaria, ya que durante el partido el árbitro también ordenó el cambio de petos de fotógrafos y recogepelotas.
Y al final alegría para la parroquia local y sobre todo para un excadista como Pedro Barrancos que está disfrutando del fútbol esta temporada, tras no haber podido hacerlo vestido de amarillo.
Reportaje de fotos